
¡Oh qué lindo! ¡La llegada de la Navidad! ¡Las pachangas, los ponches, los buñuelos! ¡La canción en el súper de:
otro año que queda atrás,
mil momentos que recordar. Songuerongue sorongueron!
También época de intercambios de regalos. Usted, usted o usted seguramente a lo largo de su vida ha participado cuando menos una vez en uno de estos jueguitos propios de la temporada: en su escuela, con su familia o en su trabajo. Cuando tienes tu "Amigo Secreto" que te deja galletas, dulces o chocolatitos escondidos en tu mochila o debajo del teclado de tu computadora.
Pero, de igual manera a ver, acérquese y dígame aquí entre nos ¿alguna vez ha quedado inconforme con un regalito que le hayan dado? ¡No sea hipócrita! ¡diga la verdad! ¡NO SEA JOTO! ¡Diga que esa corbata de Mickey Mouse del Pasito no fue de su agrado, sobre todo porque usted es albañil y nunca usa corbata! ¡o que la cartera que se cierra con velcro y que tiene el logo del "América" no fue un buen regalo, sobre todo porque usted le va a las "Chivas"! ¡Acéptelo señora, señorita que ese costurero de bolsillo no le gustó si no sabe para qué chingados sirven esas varitas metálicas con un hoyito en uno de sus extremos! ¡O que esa loción de Avon no la utilizará jamás, reconozca que es alérgica al aroma a rosas!
Y dígame si no le ha pasado: anduvo husmeando entre los regalos y se dió cuenta de que el suyo era el más grande, no cabía de gusto ¿verdad?, se sentía único y pensaba que era precisamente ese modular que no se pudo comprar, o esa colección de botas que su desmejorada economía no pudo solventar. Llega el momento de abrir los presentes, no puede esperar el momento en que digan su nombre para poder cargar su "cajota" y encontrar el regalo más preciado. ¡Por fin! rápidamente corre, abre su regalo desesperadamente y entre un montón de periódico encuentra una nota escrita en hoja de cuadreno: vale por un regalo con un valor de $200.00. ¡La ira invade su cuerpo! ¡Los sentimientos más viles recorren su mente! ¡Su imaginación fragua mil y un maneras de vengarse de esa persona que está parada justo enfrente de usted con su cara de pendejo mientras timidamente se disculpa diciendo es que no sabía qué regalarte.
¡Ya no tiene que seguir fingiendo! ya quite esa sonrisa hipócrita y ese gesto de: ¡Está divino! o de no hay problema, lo que importa es la intención. Por eso, para no tener que recibir más regalitos insignificantes o que nada tienen que ver con usted ahí le van unas sugerencias para si en esta temporada navideña va a participar en un intercambio de regalos.
1. Manifieste EXPRESAMENTE qué quiere que le regalen. Puede poner cuantas opciones desee, así se asegurará de que la persona que le regala, no tenga pretexto de no haber encontrado lo que usted quería. Proporcione detalles de dónde pueden encontrar lo que usted quiere, e incluso de "completar" usted mismo lo que desea en caso de que el costo del regalo se salga del monto acordado.
2. Manifieste EXPRESAMENTE lo que no desea que le regalen. Esto es meramente para evitar sorpresas y va sumamente ligado al punto anterior. De esta manera usted no tendrá que recibir un regalo no deseado porque la persona que le regala no encontró lo que usted quería. Diga claramente "Odio las lociones con olor a madera", "No necesito desodorante", "Me desagradan completamente las bolsas con estampado de leopardo", "No me gustan las playeras impresas con frases estúpidas". Deje en claro, que los Chocolates Carlos V no son un buen regalo, claro a menos de que a usted si le gusten. Es importante que sea tajante en su "antipetición" y en caso de que conozca la identidad de la persona que le regala, hable directamente con ella y dígale que si se quiere ahorrar problemas con usted, no le regale aquello que usted no desea.
3. Si tiene "Amigo Secreto" que le regale chocolatitos, galletitas o dulcecitos y a usted le parecen regalos absurdos, pida que esos diez pesos diarios que se gasta en esas chucherrías, los ahorre para darle un mejor presente. No importa que lo tachen de amargado, lo más significativo es que al final, usted quedará conforme con el regalo.
4. Sea recíproco. Si pide que le den un buen regalo lo menos que puede hacer es hacer un buen regalo. Probablemente le haya tocado regalarle al fulano o fulana más desagradable en 2 km. a la redonda, o bien, a aquel que le cae más en las pelotas y por eso planea salirle con una jalada de regalo. Deténgase un momento y piense: ¿acaso usted es monedita de oro? Capaz de que usted es la persona más desagradable no sólo en 2 km. a la redonda, sino en toda la galaxia. Recuerde que lo que se siembra se recoge, así que mejor no sucumba a ese pensamiento malévolo y regale lo que esa persona pide, por muy desgraciado, antipático, hijodesú, perro, infeliz o malnacido que pueda ser.
5. No trate de hacerse el gracioso. Si no tiene dinero o no quiere regalar, no trate de salir del paso haciendo un regalo "chusco". ¡Esas son payasadas! y lo harán quedar más mal que si no hubiera regalado nada o bien, que hubiera salido con la sangronada esa del dichoso Vale por. Mejor diga que no tiene dinero, que no quiere participar, que los intercambios le dan hueva: que no cree en la navidad.
6. O definitivamente, si se desea evitar sorpresas desagradables, malosentendidos y problemas futuros, no entre al intercambio. Ese dinero que va a gastar en el regalo para otra persona, lo puede utilizar en un detallito para usted sin la necesidad de pasar por tragos amargos o por tener que fingir gusto por un regalo que usted no pidió. Seguramente se va a ganar motes como el de "Mr. Scrooge" o "El Grinch". ¡Que le valga madre! lo importante es no quedar con un mal sabor de boca.
7. Por último, debe ser consciente en un "Intercambio de regalos". Sea realista y no se azote con su "güichlis". No se le ocurra pedir "Un ladrillo del muro de Berlín" o "Una partitura inédita de Beethoven" con ello se expone a que lo más que reciba es un dedo o una mentada de madre y lo tendría bien merecido por mameluco.