Este fin de semana lo comencé con una noticia no muy grata, mi señora progenitora se quebró su patita derecha. El pasado viernes por la noche entró a buscar al clásico cuarto que todos, o al menos la mayoría, tenemos en casa. Ese cuarto que por el hecho de estar vacío lo llenamos de cosas que no utilizamos con frecuencia y que termina más lleno, que el resto de las habitaciones. Pues bien, mi madre entró a la mencionada pieza a buscar una invitación de una boda a la que acudiría el próximo fin de semana a la Ciudad de México, estaba oscuro y tropezó con unos cuadros, trató de recargarse en un archivero que tienen rueditas con tal tino que el mueble en cuestión se deslizó y mi madre junto con él. La patita de mi mamá quedó atorada en los cuadros mientras su anatomía cayó al suelo. Sobra decir que su tobillo se inflamó y rápidamente le hablaron a mi carnalillo el galeno, quién después de una revisión determinó que probablemente era una fractura y en caso de que ésta fuera muy grave habría que operarla.
Al día siguiente le tomaron radiografías y por fortuna sólo fue una fractura de tibia, algo menos peor de lo que nos temíamos. Sin embargo mi mamá va estar con su patita rígida durante ocho semanas. De todo el accidente yo me enteré el sábado por la mañana, claro, mis hermanos y ella misma no querían que yo me angustiara por mi estado. El sábado por la tarde me lancé a ver a mi madre (por ese motivo, no pude ir a la pachanga de la Beba, y pobre Pollo que ya estaba más puesto que un calcetín se quedó con las ganas). Ahí me estuve con ella buen rato, estaba muy triste y medio depre porque ella siempre ha sido una mujer muy activa y eso de tener que depender de la demás gente para hacer casi todo pues le resulta frustrante, amén del dolor que le provoca. Le hice compañía y le ayudé en lo que pude, ya que con mi protuberancia pues no soy de gran utilidad.
Ayer me la pasé casi todo el día con ella y me dijo que le preocupaba mucho sobre quién me iba a cuidar cuando naciera mi bebé, y empezó a llorar cómo niña chiquita. Yo traté de calmarla pero la verdad, me dió mucha tristeza verla así. Ya en el transcurso de la tarde, la ví un poco más calmada y resignada a su situación. Le pido a Dios que la ayude a recuperarse pronto y que le de tranquilidad para no desesperarse durante su convalecencia. Creo que sería buena idea llevarle un pastel para endulzarle un poco el momento. ¿Qué les parece?
5 comentarios:
Mira, tanto que te pincheamos en la reunión. Ojalá tu mamá se recupere pronto, pero pues tiene su carácter.. vas a ver que estará muy bien pronto. Por lo de la reunión, el viernes nos vamos a acabar el barril de cerveza. Caéle.
Que feo lo de tu Mamá, ojalá se recupere pronto
No te apures Ranita, verás que pronto recupera su ánimo de siempre. Cuando uno es superactivo le cuesta más aceptar la dependencia, pero ya encontrará como sacarle provecho a la situación. En el 96, cuando estábamos por presentar José el Soñador, se me ocurrió caerme de las escaleras de casa con el bien concido accidente de la fractura. Claro que tan pronto como pude con todo y muletas me reintegré a los ensayos. Así es que será cuestión de unos días para que tan pronto como se lo autoricen y auxiliada por dichos artefactos,busque la forma de seguir adelante. Por lo pronto dale mis saludos y mis deseos de una pronta recuperación.
Lo sienot es como decir que de verdad metio la pata.
Traquilita xikita ya estara como nueva dentro de nada.
Conversare con dios para que se ponga las pilas y la bendiga y le mandare buena honda desde mi rinconcito en mundo
que se hace que la idea del pastel la va a seducir. bonito detalle
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