Personalmente creo que esto también es aplicable a los momentos más importantes de tu vida, es decir, esos instantes que marcan tu existencia. Creo que para la memoria es cómo una fotografía instantánea y todos nuestros recuerdos son un cúmulo de fotografías.
¿A poco no recuerdas qué ropa traías puesta cuando te dieron tu primer beso? ¿O qué estabas a punto de hacer cuando te avisaron que algún ser querido acababa de dejar este mundo? ¿O qué ibas a comer cuando te llegó una magnífica noticia que ya tenías tiempo esperando? Todos los recuerdos se tatúan más que en la memoria, en el alma.
Cuando me pongo a recordar, empiezo a ver fotografías mentales de mi capa roja que tanto me gustaba; de aquellas vacaciones en Acapulco; de las navidades en familia; de aquella casa de muñecas tan maravillosa que me llevó Santa Claus alguna vez; del nacimiento de Alba mi primera sobrina; de mi llegada a esta ciudad; de aquella participación en un concurso de oratoria; de aquel cumpleaños tan triste cuando me avisaron que la vida de mi papá estaba minada por el cáncer; de la expresión de mi hermano cuando me dijo sin palabras que mi papá se nos había adelantado en el camino; de ver mi primer artículo publicado en un periódico; del nacimiento de cada uno de mis sobrinos; de cuando me fui a otro ciudad buscando un futuro; de cuando regresé según yo derrotada y me di cuenta de que mi futuro estaba en el lugar que dejé; de mi primer día de clases en la universidad; de mis pláticas con mi César, mi hermano adoptivo; de mi primera ilusión y mi primera decepción; de mi incursión en el "choubiz" y mi descubrimiento del teatro musical; de los hermanos que conocí en ese mundo; de mi primera borrachera; de mi primera cruda (Ouch!); de cuando me dijeron que estaba contratada en una televisora; de cuando me ascendieron en esa misma televisora; de las divertidas charlas que sostenía con aquel chavito escuálido que no sabía la importancia que tendría en mi vida; del primer beso con ese mismo escuálido; del semáforo en dónde me pidió que fuera su novia; de cuando Abril mi sobrina-hija llegó a mi vida; de cuando Pollo me pidió que fuera su esposa; de mi boda; de Luis Alberto corriendo al lado del carro nupcial mandándome besos; de Cancún; de un regreso a casa trágico y lleno de dolor; de Luis Alberto "dormido" dentro de un ataúd; de la primera noche en mi casa; de cuando una prueba de embarazo con tenía una línea rosa pintada, y suavemente empezó a marcar otra línea rosa; de la enorme alegría que provocó en mi madre la noticia de mi embarazo; de la expresión de mi suegra cuando supo que iba a ser abuela; de mi estancia en el quirófano; del instante en que escuché un llanto sonoro y ronco de una bolita de carne que me atrapó por el resto de mi vida; de un rostro regordete durmiendo plácidamente; de la cara de satisfacción del Pollo cuando me dijo que ya había cargado a Jesús Manuel; de las primeras risas, el llanto, los gestos, los movimientos de mi cachorro; de todos y cada uno de los momentos que han marcado mi vida y me han hecho la persona que soy.
No sé si el día que me muera vaya a ver la luz al final del túnel, pero creo que Dios cuando me reciba para juzgarme, me va a enseñar un álbum de fotos con los instantes más importantes de mi existencia.
