Sin embargo, aunque las quiero, no entiendo algunas de sus creencias por ejemplo, aquella de que Dios premia a los que cumplen con sus mandamientos y castiga a quienes caen en el pecado. Seguramente ese "premio" al que se refieren es la vida eterna, pero tampoco comulgo con la idea de que esta vida tenga que ser una calvario para poder gozar de paz en un lugar que no sabemos si existe.
En mi andar por esta vida he coincidido con muchos pecadores, que cometen y han cometido faltas muy graves y que sin embargo su existencia en todos los sentidos es plena y feliz y de igual manera, he conocido a personas maravillosas cuyo camino se ve ensombrecido por pruebas muy difíciles.
Una de esas personas es mi hermana Ofelia, mejor conocida cómo Panchita o "La Panchis" cómo cariñosamente le dice mi entrañable amigo, César. Se puede decir que es una de los seres más nobles que conozco y esa misma nobleza la ha llevado a cometer errores y a tomar malas decisiones. Sin embargo, esos tropiezos no son tan graves cómo para justificar la serie de pruebas tan complicadas que le han tocado vivir a mi hermana. Yo símplemente, no entiendo por qué precisamente a ella, se le han presentado retos muy duros a lo largo de su vida.
No obstante, me sorprende la fortaleza de su carácter y el coraje con el que afronta cada uno de estos momentos tan difíciles. Me resulta insólito ver la entereza con la que se ve cara a cara con esas dificultades y las vence o mínimo, las sortea con una actitud estoica.
No puedo decir que no se llevado algunas "heridas de guerra" luego de las batallas. Las más notorias, su carácter que en ocasiones se ha tornado un poco amargo y la tristeza que de repente reflejan sus hermosos ojos verdes, pero que pronto son sepultados por su sentido del humor y sus ocurrencias.
Ayer mi corazón se llenó de dolor por verla sufrir una vez más, por esas incomprensibles pruebas, por esas ironías de la vida en dónde cosas malas les suceden a las personas buenas. Pero de inmediato, se recuperó para ofrecernos una humilde pero suculenta cena aderezada con el gusto que le da siempre recibirnos en su casa y sobre todo, con mucho amor.
Lo único que te puedo decir hermana es que si alguien de los ocho hijos de mis padres tiene la fortaleza, el temple y la capacidad de lucha características de mi madre, eres tú. Se que la vida no te ha sido fácil, pero tienes el coraje y la determinación para convertir este "fracaso" en una nueva experiencia de la que seguramente, saldrás victoriosa.
Para mi desgracia, la única forma en la que puedo ayudar de un tiempo a la fecha es siendo apoyo moral, pero sabes que cuentas conmigo. Si en mis manos está auxiliarte en algo, considéralo hecho. Te admiro profundamente y te amo más ¡ánimo! levanta la vista que el mundo es tuyo.
Con la "Pelusa" sin álbur, algunitas décadas atrás. |
Aquí nomás nos falta la perrita... y la juventud, jajajaja. |