No se cómo nombrar este post

No sé si sea el horario de verano, o todos los acontecimientos que se han venido cómo avalancha a lo largo de esta última semana, o la fuerte carga de trabajo que tenemos, el caso es que últimamente veo una especie de “Síndrome de Blog Tovaresco” y no se denomina así en honor al gran Rigo Tovar que la semana pasada “colgó los tenis”, sino por nuestro querido amigo Rafa Tovar que tiene más de tres meses que no actualiza su blog. Así tengo tres días viendo a la ruca nalgona que tiene Guendi en su último post; la foto de la sobrinita de Carlos Macedo que engalana el blog de Shelle creo que tiene ya una semana, la criatura casi camina y no tenemos foto actualizada y qué decir del sitio de la Rana Embarazada, también creo que tiene una semana la reseña del típico día de campo de una familia mexicana. He tenido harta chamba, por fortuna. Creo que sólo hay algo peor que tener mucho trabajo y es no tenerlo.

Pues ya lo saben, esta semana ha traído muchos cambios en nuestro mundo. El viernes pasado finalmente falleció Terri Schiavo. La verdad conocía su historia de manera muy superficial, hasta que lei el post de Wendy en dónde venía un link a su página. Entonces pude conocer un poco más de los motivos que la postraron en esa cama y toda la serie de recursos y batallas que libraron en la corte la familia de esta mujer y el esposo de la misma. Me pareció una historia muy conmovedora y llena de matices. Por un lado, los padres que luchaban impotentes por mantener con vida, y por lo tanto, con esperanza de una posible mejora la vida de su hija. Por otro, su esposo argumentando que ella le dijo que no quería que la mantuvieran con vida de manera artificial. Lo que me parece más grotesco y sospechoso es que su marido recibió bastante buena lana y creo que hasta tiene una nueva familia, y lo más doloroso, es que no permitió que sus padres estuvieran al lado de su hija en los últimos momentos de su existencia. En fin, ella se llevó a la tumba su verdadero deseo, y esperemos que Dios le de descanso eterno.

Por otro lado, todavía no nos terminábamos de sorprender y conmover con la historia de Schiavo y que nos dan la noticia de que el Sumo Pontífice estaba muy grave. El sábado después del medio día nos recetamos la nueva de otra muerte, la de Juan Pablo II. Máximo representante de la iglesia católica, sin lugar a dudas; pero más que eso, un hombre que marcó historia por no ser la típica imagen de líder religioso sino una persona que entendía, desde mi punto de vista, cuál era la misión que le fue encomendada. Creo que a los fieles mexicanos nos afligió su muerte por la cercanía que siempre mostró con nuestro país. Uno de mis recuerdos más vívidos de la infancia es cuándo lo vimos pasar por la Calzada de Guadalupe durante su primera visita a México, entonces yo vivía en la capital. Cómo católica, me dolió mucho su partida, pero también me preocupó pensar en sí su sucesor tendrá la suficiente capacidad para continuar con su ardua labor. Descanse en paz Juan Pablo II.

Pasando a temas un poco más superficiales, el viernes por la tarde también me di cuenta de que mis “pezuñas” lucen un poco más abultadas. ¡No le es suficiente a mi cuerpecito lucir tremenda protuberancia frontal y ahora las patas! Por si eso fuera poco, creo que también las manos se me están hinchando, pues mi anillo de compromiso y mi argolla matrimonial me quedaban bastante grandes. Ahora hasta me marcan la piel de mi dedo anular izquierdo. Y qué decir de la barriga, parezco vejiga. Ayer me sentí atracción circense pues fuimos a casa de mi hermano, y mi sobrina, a quién tenía cerca de un mes que no veía se sorprendió de con mi barriga. No paraba de decir que cómo estaba gorda y panzona mientras pelaba tamaños ojotes. Y luego me dice “Ven” yo ahí voy toda mensa a acompañarla y que le dice a mi cuñada “¿Ya viste cómo está gorda Ana? ¡Mira!” no sé por qué me recordó aquella atracción de la feria “Pase y venga a ver a la única mujer tortuga. Esta mujer nativa de las Islas Galápagos tomó esta forma por un hechizo de un brujo porque no quiso darle su tesorito”. Creo que me tendré que acostumbrar a esta nueva condición porque todavía me restan tres largos meses.


Este es mas o menos el aspecto que luce la autora de este blog.