martes, septiembre 13, 2005

A dos años

¿Qué estaba haciendo a estas horas hace dos años? Estaba nerviosa, tenía una sensación extraña en el estómago, quería que ya dieran las 6:00 p.m. para que ya hubiera terminado la misa, o mejor dicho, deseaba que ya fueran las 2:00 p.m. del día siguiente para estar en Cancún. Hace dos años, emprendí una nueva aventura en mi vida, una de las más importantes. Comencé a recorrer un camino al lado del gran amor de mi vida. El 13 de septiembre del 2003 me casé.

Recuerdo que llegó el día, cómo llegan todas las fechas: el tiempo no perdona y a veces deseamos tanto que llegue un momento, que luego cuando volvemos la vista nos damos cuenta de que a lo mejor, nos parece que a veces los meses de preparación pasaron demasiado pronto.

Yo sé que para muchas mujeres pararse frente al espejo y verse vestidas de novia no es una meta, para mí era un sueño y cuando finalmente llegó el día me sentía extraña pero me gustaba la imagen que veía. Y llegado el momento de mirar a mi Pollo, casi me voy de espaldas de la emoción, no puedo explicar con palabras el vuelco que dió mi corazón al verlo esperándome para nuestra sesión fotográfica. Ese momento, también es uno de los recuerdos más paradójicos de mi vida, pues mi cuñadito Luis Alberto, a quién más que parte de mi familia política considero cómo mi hermanito menor, corrió al lado del auto nupcial para verme, me lanzaba besos mientras me decía que me veía hermosas. ¡Qué raro! yo no sabía ese instante que sería uno de los últimos momentos que lo vería con vida.

Después de la sesión de fotos me estuve en mi casa hasta que llegó la hora de irme a la iglesia. Raras veces los nervios hacen presa de mí, y ese día fue una de las raras ocasiones en que eso ocurrió. Al llegar a la iglesia, no distinguía quién se me acercaba, sólo recuerdo vagamente que mi hermano el mayor se acercó a abrirme la puerta del carro y me dijo que no llorara. Entré a la iglesia y vi a mucha gente, no distinguí los rostros, sólo el altar y al final del pasillo al Pollo esparándome. La misa transcurrió rápido, ya saben, los anillos, las arras, el lazo y el juramento de fidelidad y amor. Cuando el padre dijo "Los declaro marido y mujer" me quité un gran peso de encima. Otro aspecto que recuerdo con gran cariño es que mi abuelita paterna, quién había estado muy grave meses atrás me dió su bendición. Ella falleció 16 días después en México, D.F.

De ahí en adelante, me dediqué a disfrutar el resto de la celebración ¡Era mi día! Mis amigos, mi familia, todas las personas que yo quería estaban ahí conmigo. La fiesta estuvo perfecta y cuando ya todo terminó me preguntaba "Ahora ¿qué?". Mi ex-novio, ahora mi marido tuvo el detalle de entregar el carro nupcial a su dueña, cuando todos los amigos se fueron que me doy cuenta del hecho y le pregunto:

"¿Y el carro?"
"Se lo entregué a Blanca" (La dueña del vehículo)
¿Y en qué nos vamos a ir?"


El Pollo asustado, sale corriendo y encuentra a la última pareja de amigos que dejó el lugar y les pide un aventón. Ellos acceden a llevarnos en su auto compacto con todo y regalos, a casa de mi madre. ¡Jajajajaja! Para la posteridad.

¿Y la noche de bodas? No hubo tal, yo me fui a dormir al cuarto de mi hermano y el Pollo se quedó cantando con sus primos y mis hermanos hasta las 6:00 a.m., hora en que mi hermana nos fue a llevar a casa de mi suegra por la maleta para irnos al aeropuerto. Tomamos el avión y después de cuatro horas de viaje haciendo escala en México, D.F. llegamos a Cancún. Por desgracia nuestra llegada coincidió con la fecha de clausura de la Cumbre Mundial de Comercio. Retenes, pintas globalifóbicas, más retenes y después de dos horas, llegamos al hotel. Un shower, una jetita y a disfrutar de la luna de miel: paseos, pedas, paseos, pedas, más paseos y más pedas. Lo demás también, pero no lo voy a escribir aquí así que ni pregunten, tráguense su cochino morbo para otra ocasión. Al domingo siguiente, llegamos en la noche a Chihuas y ahora sí, a la realidad.

Yo no pensé que el juramento que hicimos en el altar lo tendría que hacer efectivo tan pronto. Ese lunes 22 por la tarde, nos enteramos que Luis Alberto, mi cuñadito ese de quién les hablé, falleció en un accidente automovilístico. Una experiencia muy dolorosa, y sobre todo, una prueba muy difícil para nuestro joven matrimonio que sin embargo, nos ayudó a madurar.

Así pues, han pasado dos años en dónde ha habido de todo, hasta una pequeña albóndiga que nos ha dado un nuevo motivo para vivir y le ha dado un nuevo sentido a nuestro proyecto en común. Sé que el Pollo va a leer este post, no sé si hoy o mañana, o cuándo, pero quiero darle las gracias por este tiempo a su lado: por ayudarme a ser mejor persona; por las risas y las lágrimas compartidas; por sus cuidados; por sus detalles; por las carcajadas que me ha arrancado con sus comentarios; por su protección; por su apoyo; por su amor; por nuestro "Chivigón", que es mucho más que la suma de nuestros genes; por enseñarme que una batalla no es la guerra y que no soy menos que nadie, aunque los demás se empeñen en hacerlo; por las discusiones que nos enseñan que no todo es perfecto y las reconciliaciones que son la cereza en el pastel; por sus caricias en la madrugada cuando cree que estoy tan dormida que no me doy cuenta; por complementar mi vida y dejarme complementar la suya; por ser el hombre de mi vida.

¡Gracias! ¡TE AMO!

¡Qué shulos! ¿verdá? Posted by Picasa


Nota Aclaratoria: Mi sarcasmo no se ha acabado, pero comprendan que aún personas cómo yo dentro de sí tienen buenos sentimientos cómo el amor maternal y el amor por mi pareja. Así que a pesar de que dos de mis últimos tres posts estén llenos de sentimiento, no crean que mis posts mordaces y bizarros se han terminado. Esa es una parte de mí que se niega a morir.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

muchas feliciadesªª tengo tiempo leyendo tu blog, ke esta padrisimo ehh!!! desde antes ke tubieras a tu bebe, ke por cierto, ke chiskeada con lo de Ana Luisa eh!! Ojala ke la vida te tenga preparadas muuuchas mas sorpresas todas ellas buenas, disfruta a tu hijo, tu esposo tu vida mientras nosotros seguimos disfrutando tu blog cada dia!! Muchas Feliciades por todo!!

Anny!

Guendi dijo...

Porque siempre postean cosas asi cuando ando en mis dias sensibles? :( He derramado un par de las de cocodrilo. De perdida ahora pude leer un rceuento mas real, ya ves que me perdi tu boda y no vi mas que dos fotos.

Felicidades amiga! En serio que el tiempo si se va como agua...

Iolanthe dijo...

Si el recordar es volver a vivir, cuando el recuerdo se hace sobre una vida que es plena de satisfacciones por todo lo compartido, el valor de lo vivido adquiere medidas fuera de este mundo.
Que Dios les conceda seguir creciendo en el Amor que se profesan en uniòn (por lo pronto) de su precioso Peque!!

Celestissima dijo...

A mi tambien se me salieron las de cocodrilo..
Muchas felicidades Ranita, poyo y poyito!

Que Dios me los cuide siempre!

Flakushis dijo...

Aaaayy, Ranita, si hasta me emocioné yo también, no más de verte tan ssshula con tu vestido blaaaanco cual monita de pastel...
Deberías poner más fotos para poder disfrutar aunque sea muy poco de la boda a la que no pude ir (además ni me invitastesssss). Nah, no estoy sentida. Ya sabes que así soy de mamukas.
Un abrazo y felicidades.