sábado, septiembre 13, 2014

Bitácora de viaje.

Quiero en este día tan especial hacer un pequeño ejercicio.  Voy a imaginarme que yo, soy parte de la tripulación de un barco que zarpó sin una ruta definida y sin un tiempo límite para llegar a su destino.  La única condición es buscar la manera de que el viaje sea lo más largo posible siempre y cuando, éste resulte placentero pues de lo contrario, la travesía se podrá terminar en cualquier momento buscando un puerto seguro.  Una de mis funciones es la de escribir un reporte de las incidencias que se pudieran presentar a lo largo del trayecto; dificultades, situaciones inesperadas, experiencias agradables.  Aquí dejo la bitácora de mi viaje.

Hoy, 13 de septiembre pero de hace once años, inicié un recorrido que siempre quise realizar y encontré al compañero ideal para hacerlo.  No habría un sólo capitán, ambos aportaríamos lo mejor de cada uno para lograr cumplir el propósito del viaje.  Así, nos subimos en nuestra embarcación y empezamos a navegar.  Apenas avanzábamos en nuestro camino cuando una terrible tormenta nos embistió con una furia brutal, pero nuestro barco era nuevo y ese suceso demostró que era fuerte y que no sería fácil hundirlo.  Nos probó que el acero con el que estaba construído y los remaches que lo sujetaban, eran sólidos y dificilmente destructibles.

Seguimos con nuestro andar con un mar en calma.  Algunos pequeños inconvenientes, una que otra lluvia ligera pero nada que representara un peligro para nuestra embarcación.  Un buen día, nos llegó una magnífica noticia; un nuevo miembro se uniría a la tripulación y dos años y medio después arrivó uno más.  Ambos perfectos y maravillosos.

El viaje cumplía con su cometido, era una travesía placentera y feliz sin embargo una nueva tormenta nos azotó.  De sorpresa, supimos que llegaría alguien más a unirse a nuestro equipo, pero así de repentino e inesperado como fue el aviso de su llegada, asi por alguna circunstancia se fue de nuestras vidas.  Sólo Dios sabe lo mucho que nos dolió su partida, no lo conocimos, no tuvimos el tiempo de hacerlo pero estoy segura que hubiera sido igual de valioso, importante y querido cómo lo han sido nuestros otros dos compañeros de viaje.

Contemplábamos el paisaje, nos embelesábamos con él, estábamos tan absortos en nuestro recorrido que no advertimos que más adelante nos encontraríamos con una enorme nube negra y espesa que descargó toda su ira sobre nuestra embarcación.  Un huracán, una pérdida de quien forjó con amor y delicadeza parte de la estructura de nuestro barco.  Fueron días difíciles, fue complicado superar la partida.  Aún así, a veces con pesar proseguimos con el viaje.

Hubo días nublados, otros donde tímidamente asomaba el sol por el horizonte y cuando creímos que ya había pasado lo peor,  el mar comenzó a levantar tremendas olas que estuvieron a punto de partir en mil pedazos ese navío que parecía ser tan fuerte y tan resistente que ni la peor tormenta podría hundirlo.  Un leviatán nos embistió con gran fuerza, tanta que estuvo a punto de acabar con nuestro viaje con un sólo golpe.  Todo el camino recorrido, todo lo bueno, todo lo malo, fortalezas y debilidades parecían diluírse en un océano revuelto y alborotado por una bestia con gran poder destructor, pero poco a poco el agua fue recuperando su tranquilidad para demostrarnos, una vez más que nuestra nave era sólida, resistente, fuerte.

Después de este ataque no fue fácil, algunas veces alguien quiso bajar del barco, había dudas sobre si íbamos en la dirección correcta, si juntos podríamos continuar con la travesía, si éramos los compañeros indicados para seguir en este viaje.  Aunque fue difícil, aunque a veces parecía que retrocedíamos en lugar de avanzar nos dimos cuenta de que éramos los indicados para dirigir esa nave, juntos y de la mano.

Este día quiero decir que estoy convencida de que el viaje aunque no ha sido tranquilo, ha sido maravilloso.  Que aunque no hemos navegado en todo momento con un clima perfecto, hemos contado con las condiciones necesarias para probar la fortaleza y la estabilidad de nuestra nave,  pero sobre todo,  que no pude escoger mejor compañero para emprender esta travesía que empezó hace exactamente once años y que espero,  nos lleve muchos años mas ¡FELIZ ANIVERSARIO!  Te amo con toda el alma.

Picture taken a long,  long (and a lot of pounds) ago.
 


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