La marchantita
Para quienes no la conozcan, la mocosa que aparece en esta foto es nada menos que la pequeña Abril, hija de mi carnala Panchirú y más que sobrina, hija adoptiva de su servilleta. Su madre está pensando muy seriamente en ponerle un negocio así que la lepa ahora vende dulces y chucherías, que por cierto, le han traído grandes ganancias en virtud de que la casa de mi progenitora, en dónde mora Abril, es un eterno desfilar de niños, adolescentes y adultos, todos con un apetito voraz.
Pero resulta que la criatura tiene una peculiar manera de vender. Si no se le da la gana, no te vende nada o al menos es su intención, pero su madre como buena tutora le indica lo que tiene qué hacer. El otro día llegó mi sobrina mayor y le dijo: Dame unos chicharrones A lo que Abril con seguridad respondió Están muy caros, no te alcanza.
Otra variante es venderte cosas a güevo. El sábado le compré dos chicles y me dice ¿Vas a querer chicharrones? Yo le dije que no, que nada más quería dos chicles. Entonces fue por su changarro, me entregó los dos chicles y me dice Aquí están los chicharrones. Esta nena va a ser promotora de Tarjetas de Crédito. O bien, la pequeña "marchanta" te cambia los precios de los productos. Hoy después de comer le pregunté cuánto costaban unos paletones y me dice con toda seguridad $13.50. Ya entonces mi hermana la instruyó acerca de la cantidad que debía cobrar que eran once pesos con cincuenta centavos menos que el costo indicado por la dueña de la tiendita.
También parece vendedora de puesto de mercado del centro, porque lo que te vende te lo tiene que escoger ella. Si tomas por error la mercancía que a tí te guste, se enoja y te lo quita y te dice ¡Este es! dándote el producto de su preferencia. A veces se enoja porque te quiere dar cambio aunque le hayas entregado el importe exacto por la mercancía que compraste. En fin, todo esto nos resulta tierno y divertido.
Lo más simpático es que cuando su mamá la llevó a la dulcería a comprar más mercancía, salió llorando muy enojada porque se habían acabado el dinero y ella, indignada le reclamaba a mi hermana ¡Yo tenía mucho dinero!¡Te lo gastaste todo! mientras lloraba con amargura. Esta pequeña de casi cuatro años, se ha convertido en uno de los principales motores de la casa de mi mamá. Antes de que ella llegara, no imaginábamos cómo sería la vida con ella. Ahora, no concebimos nuestra existencia sin la presencia de esta pequeña marchanta.
Japi, japi berdei
Ya le mandé felicitar, pero de todos modos aprovecho mi blog para mandarle un fuerte abrazo de cumpleaños a mi gran amiga la Beba mujer inteligente, sincera, gran compañera, excelente conversadora, mejor amiga, con tantas cualidades que sería difícil escribirlas todas. Amiga, te deseo lo mejor y que sean muchos los años que celebremos juntas y te doy las gracias por tu amistad. Pásala bien.
3 comentarios:
Los niños son geniales, saben exactamente que hacer y que decir para mantenernos embobados a todos los que estamos a su alrededor.
Yo disfruto mucho cuando visito la casa de mis padres y me toca coincidir con cualquiera de mis tres sobrinos. La presencia de esos enanos transforma completamente ese lugar.
Abril me da un miedo... tiene lo mejor de Panchita y tú, al cuadrado.. brrr...
oye.. te faltó decir que tengo una gran personalidad y que mi belleza es exquisita
Nos hubieran visto a la Shelle y ami engatusando novatitas y vendiendoles toda clase de joyas exoticas... habiamos de poner un negocio, Shelle, chance por ahi es.
Ahora que vaya a Chiwas me tienes que llevar a mercarle algo a tu sobrina :P que botana!
Yo de chiquita vendi dulces, aretes de papel (con tape atras), articulos de plastico barato, chocolates americanos (cuando costaban 3 pesos), y tambien tenia mi banquito de bolear. No se a donde s eme fue toda la habilidad mercantil...
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