Hago una breve pausa en esta vorágine de preparativos de viaje para escribir un poco. Tengo que vaciar las fotos de la cámara para podernos llevar la memoria de la misma completamente libre, así que pues me dije: "¿Por qué no relatar un poco los sentimientos de alegría por regresar al sitio en el que me enamoré por segunda vez de mi Pollo?"
Mañana, mañana por fin viajamos a Cancún si Dios así lo quiere y vuelvo enamorada de él por séptima vez. Se que esto suena raro, pero cada que ocurre un suceso importante, bueno o malo, y él está a mi lado, me convenzo más de que no me equivoqué al elegirlo como compañero de vida y me enamoro otra vez.
También tengo otro motivo de emoción, van mis dos chamacos con nosotros. La vez pasada, disfrutamos tanto el viaje que pensé que si algún día Dios me concedía tener descendencia, me encantaría regresar con ello para enseñarle el sitio en dónde Jesús y yo empezamos una nueva etapa juntos.
Por último, siento una mezcla de nervios y alegría por conocer aquellos sitios que la vez anterior no pude visitar: Tulum, Xel-ha, Playa del Carmen y Cozumel. Se que son lugares que llenarán de recuerdos maravillosos el álbum de recuerdos que almaceno en mi mente y en mi corazón.
Y hablando de recuerdos... ya se vació la memoria de la cámara fotográfica así que tendré que poner fin a esta pausa y seguir con el ajetreo y el caos que es mi casa.
Así que entre maletas abiertas, montones de ropa y nervios, me despido. Ya mañana creo que no tendré ni un respiro para escribir. Me tomaré estas merecidas vacaciones y espero a mi regreso, contar relatos fantásticos sobre mi aventura en Cancún al lado de mis tres grandes amores.
P.D. Me extrañan.
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