No, hoy no es día del amor. Pero yo tengo tres motivos muy grandes para celebrar en este día.
Puedo decir que el primero comenzó hace más de 39 años y fue el primer amor de un hombre que yo sentí. Se de buena fuente que cuando José Luis me conoció, una extraña fuerza le arrebató el corazón y se enamoró de su "araña zopatona". Tenía una foto mía en el escritorio de su trabajo ¡qué mejor muestra de que me amaba con intensidad!
Yo se que era su consentida, no por otra cosa. Tenía otros nueve grandes amores, incluida mi mamá pero creo que yo tuve la fortuna de llegar a su vida cuando él ya tenía toda la experiencia de un padre después de engendrar y criar a siete hijos, creo que atenderme y educarme a mí no fue una tarea titánica ni para él ni para mi madre.
Tenía memorias muy vagas de mi infancia a su lado, pero un afortunado viaje a la Ciudad de México me trajo a la mente recuerdos que ahora se han vuelto tan vívidos y tan palpables, cómo si hubieran sido hace apenas un par de años.
Me gustaba irme en las vacaciones con él a su imprenta. Ahí jugaba y construía un mundo diferente y no faltaba que nos diéramos una escapadita al Castillo de Chapultepec, o al centro histórico. Recorríamos estos lugares juntos, la mayoría de las veces con mi hermano Gabriel. Mi papá me tomaba del cuello y caminabamos mientras me iba contando historias sobre el Emperador Maximiliano y Carlota cuando vivieron en nuestro país; o sobre la oficina de Benito Juárez en Palacio Nacional o de cómo fue que encontraron las ruinas del Templo Mayor y nos reíamos cuando le decía que la Torre Latinoamericana, en aquel entonces el edificio más alto de toda América Latina, parecía la jeringa con la que inyectaban a King Kong. Me sorprendía todo lo que él sabía, todo el conocimiento que se escondía debajo de esa cabeza calva y dentro de ese cuerpo siempre arreglado de manera impecable que olía a "English Leather".
Desgraciadamente, una enfermedad rápida y fulminante se lo llevó antes de tiempo. Y digo esto porque creo que nos faltaban muchas cosas por vivir y no puedo evitar pensar en el terrible "cómo sería" si él estuviera aquí con nosotros. Aún después de ya casi 25 año sin él, lo sigo extrañando y no puedo contener las lágrimas cuando escucho los acordes de una canción flamenca o a Manolo Escobar con "Tu nombre de Anita", que mi papá me cantaba con su peculiar timbre de voz ¡Felicidades papá! en donde quiera que estés.
Pero Dios o el destino me compensaron su ausencia con otro hombre increíble, a quién hoy festejo con todo el amor del mundo. No tengo tanto tiempo de conocerlo cómo al primero, pero me parece que lo conociera de toda la vida y me sigo maravillando con todas las emociones que despierta en mí y sobre todo, con todas las virtudes que no le había notado. Ayer escuchaba una canción que decía "Desde el principio, cómo un ladrón robaste mi corazón", nada más acertado que esa frase.
Ciertamente, no fue amor a primera vista pero puedo asegurar que cuando lo conocí, algo en mi interior supo que él sería importante en mi existencia y así fue. Poco más de trece años después de aquel momento, estoy segura de que no me equivoqué: Jesús, o Pollo como lo conocen las mayoría de las personas es el hombre más importante de mi vida.
Hemos pasado por alegrías inmensas, pérdidas dolorosísimas, viajes, convivencia, amor, desamor, risas y tormentas y lo único que puedo decir es que lo amo más que al principio y que "No estamos rotos, sólo doblados".
¡Feliz día del padre! a tí que eres un papá maravilloso, que todo lo que hace en la vida es por sus hijos. Despiertas en mí todas las emociones que puedas imaginarte: amor, respeto, admiración, ternura, deseo, pasión, y no puedo negar que en muy raras ocasiones enojo y coraje, pero eso, todo eso me hace amarte cada día más. Gracias Dios, por darme la oportunidad de que mi Pollo sea el padre de mis hijos.
Y además de todo, sin él no tendría a mi tercer motivo de este día. Hoy hace ocho años, Dios me permitió conocer el amor a primera vista en toda su expresión y descubrir que que yo era capaz de amar sin pedir nada a cambio.
Una mañana del 16 de junio de 2005 llegó a mi vida mi Chuy, y comenzó esta aventura de ser mamá. No pude evitar enamorarme de ese ser de carita regordeta que se ha tomado su tiempo para todo, para abrir los ojos, para hablar, para mostrar sus talentos pero una vez que lo ha hecho, nos ha maravillado a con su capacidad, su madurez y su fortaleza de espíritu.
En ocasiones, su andar por esta vida ha significado todo un reto y muchas veces, no se si vamos a salir victoriosos, pero así, sin más me doy cuenta que su corazón y su temple es más fuerte que el de un ejército por lo que puedo asegurar que tiene el espíritu de un guerrero.
Me sorprende con su deseo de aprender, con su talento para leer y sobre todo, para escribir historias maravillosas, con la expresividad de sus ojos, con la nobleza de su corazón, con la facilidad con la que se hace querer por quienes lo rodean, con la madurez de sus pensamientos y reflexiones, con su habilidad para los deportes y con su pasión por el baile. Me encanta abrazarlo y decirle que lo amo, adoro su risa, su presencia, su olor, su existencia.
No concibo mi vida sin él y sin mi otro amor a primera vista ¡Feliz Cumpleaños Huesito! Dios te colme de bendiciones y me permita tener la capacidad para saberte guiar y convertirte en un hombre de bien. Creo que con tu sensibilidad, tengo la mitad del trabajo hecha. TE AMO.
Ellos son pues parte de mi pasado, mi presente y mi futuro. Cada uno de ellos han hecho de mí lo que soy y todos los días me ayudan a construír a la persona en la que me estoy convirtiendo. Los amo, los amo con toda la intensidad de mi corazón y le pido a Dios que me permita contar con su presencia muchos, muchísimos años más.
Sé que he hice algo muy bueno en mi vida, para recibir como regalo a estos tres hombres a quienes hoy celebro con todo mi amor.
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