Ya tenía buen rato sin escribir, lo que pasa es que me cambiaron de lugar. Antes estaba de paracaidista en el área de Proyectos, ahora soy una intrusa del departamento de Contabilidad. Mi lugar está bien y pronto lo adapté trayendo conmigo muñequitos y fotos que me permiten sentirme más en mi ambiente. Tengo mi foto de bodas que me hace recordar que estoy casada. Por cierto, hoy cumplo 1 año con 4 meses de casada.
Volvamos al tema de mi nuevo lugar. Es el típico cubículo hecho con mampáras y no hay nada frente a mí mas que el monitor de mi computadora y mis artículos de escritorio. En mi otro lugar tenía acceso a dos ventanas que daban a la Av. Ocampo muy cercano a la parada de camiones. Ya me había acostumbrado a escuchar rechinidos de llanta, rayadas de madre, cláxons y sirenas de ambulancia o patrullas.
Aquí el ruido es muy diferente. Se escuchan dos aparatos de radio sintonizados en dos estaciones diferentes, y se puede oir simultáneamente "You're still the one" de Shania Twain y "Como una mariposa" de Pandora. De repente a alguien se le ocurre poner un CD de Laura Pausini con lo que la confusión aumenta. Sin embargo, la interferencia es moderada y bastante tolerable.
Esta área en la que ahora me encuentro fue remodelada hace como un mes mas o menos. Antes estaban distribuidas todas las contadoras, porque son puras mujeres, en cubículos comunes que compartían hasta cuatro o cinco personas. Era un relajo y una platicadera sabrosa, además de que dicen que se la pasaban comiendo, peinándose y pintándose. Yo creo que pusieron los cubículos de la manera en que están ahorita con la finalidad de que no platiquen y no hagan tanto relajo.
Ahora entiendo la razón por la que en las maquiladoras los tienen así. La verdad es que se vuelve uno más productivo. Desde que estoy aquí terminé un trabajo que en mi ubicación anterior, me hubiera dilatado casi una semana debido a que me distraía mucho. Así que esto me ha ayudado a cumplir con uno de mis propósitos de año nuevo: echarle más ganas al trabajo.
Por otro lado, lo único que no ha cambiado es el desfile de comida. El martes llegué con mi licuado de fresa con avena, muy nutritivo. Llegó la jefa de las contadoras con senda cajota de donas importadas directamente desde "Krispy Kream". La verdad no me pude resistir y reconozco que comí una. Al rato pasa otra de las contadoras ofreciendo Kisses de almendra. Y después de la comida me dijo una de las chicas "Si quieres jamoncillos de almendra hay en la cocineta". Entonces pensé que comía al mismo ritmo, no duraría mucho en ser una vejiga caminante. Digo, una cosa es que me vaya a salir una ampolla gigantesca en el vientre y otra que toda yo me convierta en una ampolla. Entonces, rápidamente me fui al super a comprar papaya, melón, zanahorias baby y manzanas, para que cuando me dé hambre ingerir frutita. Es buena tanto para mi bebé como para mí.
Ya me voy, mi deber me llama. Tengo que entregar unos reportes y ahora que soy una chica eficiente voy a darle a la chamba. No me quiero parecer a mi homóloga del área de vivienda. La señora llega a las 9:30 casi 10:00, se pone a leer el periódico, platica, habla por teléfono, se va disque a los fraccionamientos, regresa para nada más recoger sus cosas e irse un poco antes de las 2:00 p.m. Eso sí, le pagan casi lo mismo que a mi. Lo que es la suerte de los inútiles ¿no? Ese es un buen tema para un post.
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